¿Qué es el código ictus?
Es un protocolo asistencial que pretende hacer una rápida identificación, transporte y diagnóstico de un paciente con un ictus para que acceda a un tratamiento lo más especializado posible.
La identificación del ictus se hace con unas escalas muy sencillas que las puede aplicar cualquier persona, no es necesario que sea un profesional sanitario, y se basan en:
1.- Alteración de la simetría facial. Se le puede indicar al paciente que intente sonreír o hablar.
2.- Valoración de la fuerza en extremidades. Pedir al paciente que cierre sus ojos durante 10 segundos y extienda sus brazos. Debemos fijarnos si hay algún tipo de caída o de debilidad.
3.- Lenguaje. Pedirle al paciente que hable. Valorar si existe una alteración del lenguaje o que el paciente no pueda expresar lo que quiera decir.
Una vez que el paciente se haya identificado, se debe avisar rápidamente al 112 para que sea trasladado sin demora al centro hospitalario. Allí se pretende hacer un diagnóstico preciso y dar una serie de tratamientos que pueden hacer que el paciente recupere toda la funcionalidad y se quede sin lesión. Después de hacer la anamnesis y una exploración clínica urgente, se proceden a realizar las pruebas complementarias.
a) TC sin contraste: Es la primera exploración complementaria que se ha de realizar, y siempre se hará de urgencia. En las primeras 24-72 horas de un ictus isquémico pueden no observarse lesiones isquémicas. En cambio, en la ECV hemorrágica, la sensibilidad de la TC en fase aguda es muy alta. De lo anterior se deduce que la principal utilidad de la TC de urgencia es descartar un ictus hemorrágico. También se puede realizar una TC de perfusión o angioTC, lo que aumenta la sensibilidad de la exploración.
b) ECG y radiología simple de tórax
c) Hemograma, Coagulación, Glucemia, BUN, Creatinina, Iones.
d) Gases y pulsioximetría
e) Punción lumbar
f) Doppler de troncos supraaórticos (TSA) y transcraneal
g) RM: Indicada en la evaluación del territorio posterior. También para establecer el “mismatch” o la penumbra isquémica haciendo una comparación entre territorio isquémico y territorio necrótico.
La TC supera a la RM en la detección de sangrados, pero ésta supera a la TC en la visualización de ictus lacunares (la TC no detecta infartos de menos de 5 mm) y de infartos situados en fosa posterior. Por su lentitud y precio, no se suele hacer en urgencias, aunque sí se puede realizar para estudios ulteriores, ya que, la RM puede orientar en la búsqueda de la etiología y es útil en el estudio vascular y de senos venosos con RM con contraste (angioRM).
h) Angiografía: Si existe sospecha de disección carotídea.
i) Ecocardiografía: Para estudio de ictus cardioembólico.